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El movimiento revolucionario latino americano 

 

Informe sobre la solución de la crisis del P.C. de la Argentina

Informante: GHITOR - Discusión

PRESIDENTE: GABRINETTI. (Brasil).

GHITOR. (I. J. C.). - Compañeros: Es importante que los distintos Partidos de la América latina se conozcan entre sí. El mutuo conocimiento es ya de por sí una suerte de acercamiento y creará las bases para una más íntima y mejor colaboración. De acuerdo, pues, con lo manifestado al empezar la Conferencia, la delegación argentina me ha designado para informar de la historia y actividades del Partido de la Argentina.

Origen de nuestro Partido.

Nuestro Partido tuvo su origen en la izquierda marxista que actuaba en el seno del Partido Socialista y que orgánicamente data del año 1912. Todas las críticas de la izquierda a la dirección del Partido Socialista, se hacían, principalmente, a la orientación parlamentaria del partido, colaboracionista en grado sumo. El oportunismo bajo sus peores aspectos, el parlamentarismo más rastacuero, la degeneración política y orgánica se entronizaron en el interior del Partido, siendo sus dirigentes y parlamentarios los mejores portavoces. La posición oportunista de los jefes llegó a su grado sumo con motivo de la guerra europea. El órgano oficial, "La Vanguardia", se transformó en un vocero desembozado de los aliados y de la causa intervencionista. Había que defender la "causa de la humanidad", "proteger el derecho de los pueblos", "defender nuestra producción amenazada por los submarinos alemanes", etc. En una palabra, la misma actitud que la de los jefes "socialistas" de todo el mundo, a los que no faltaron argumentos para servir de puntales al imperialismo internacional. En una lucha tenaz contra esa política intervencionista, inspiradas no en simples razones sentimentales, sino en principios marxistas, la izquierda se desarrolló arrastrado tras sí a grandes núcleos del Patrido, sobre todo, en su mejor base obrera. Separada la izquierda marxista del P. S., constituyó, en enero de 1918, el Partido Socialista Internacional, orientado desde el primer momento en la lucha contra el reformismo y en la defensa y propaganda, desde sus primeros pasos, de la Revolución de noviembre. Imposibilitado de enviar un delegado directo, en 1919 encargó al P. S. Italiano que hiciera llegar nuestra adhesión a la Internacional Comunista. En 1920 se realizó el tercer Congreso del Partido, en el cual se decidió aceptar las 21 condiciones y cambiar su nombre por el de Partido Comunista (Sección argentina de la Internacional Comunista).

Discusión sobre la táctica del frente único.

Desde ese momento, el Partido empezó a desarrollarse y a adquirir influencia en el seno de las masas trabajadoras. En 1921, en el interior del Partido Socialista se produce una nueva escisión en su seno; desde 1920, se había conformado una corriente favorable a la adhesión a la Tercera Internacional. Los dirigentes socialistas la excluyeron de su seno; constituída en una gran parte por elementos obreros, su dirección estaba, sin embargo, detentada por elementos intelectuales, arrivistas de la peor especie. Los terceristas, así calificados, ingresaron en nuestro Partido, pretendiendo sus jefes contralorear su dirección y cifrando sobre todo, grandes esperanzas en su porvenir electoral; la profunda simpatía de las masas por la Revolución Rusa debía traducirse para ellos, en bancas parlamentarias.

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Cuando comprobaron que a pesar de todo no había la posibilidad de un rápido desarrollo electoral, iniciaron un intenso trabajo fraccionista, tomando como motivo la consigna del frente único que había lanzado la I. C. poco después del Tercer Congreso. Entendían "frente único" como pacto electoral con los socialistas, única posibilidad de lograr éxitos parlamentarios inmediatos. Y condujeron la ofensiva en el interior del Partido, precisamente en el momento en que la dirección del Partido Socialista "abría" sus puertas a todos los que se habían retirado en divisiones anteriores, y proponía la disolución de nuestro Partido con la entrega de su bienes y caudal político. Esos elementos fueron excluídos de nuestro Partido y no lograron sobrevivir por mucho tiempo. Sus dirigentes reingresaron al Partido Socialista, unos, y otros ingresaron a la política burguesa (irigoyenismo, cantonismo, etc.). Sus mejores elementos obreros retornaron a nuestras filas al cabo de cierto tiempo, cuando comprendieron la traición de sus jefes y merced a la justa línea política seguida por el Partido.

El "frentismo", constituyó, pues, una marcada desviación de derecha que degeneró rápidamente en el oportunismo más corrupto.

La discusión sobre el programa del Partido.

Desde el Congreso de 1920, se discutió hondamente en el seno del Partido alrededor del programa. En el Partido predominaba una corriente de "izquierda" que negaba el valor revolucionario de la lucha por las reivindicaciones inmediatas. Esa discusión se realizó con más amplitud en el Congreso de 1923, ya eliminado el "frentismo" corrupto. Ya con anterioridad, se habían iniciado las discusiones, pero el Partido postergó la solución del problema, al reaccionar contra el "frentismo". Pese a la batalla librada por la dirección del Partido, se aprobó una vez más el programa "izquierdista" con tintes anti-parlamentarios, que negaba el valor, ode las acciones de masas, de las reivindicaciones inmediatas. El problema volvió a discutirse ampliamente en el Congreso de 1924. La masa del Partido comprendió para entonces, que la línea anterior era falsa, y estaba dispuesta a variar la orientación táctica. Esa posición de las masas obligó a los dirigentes "izquierdistas", intelectuales en su casi totalidad, y el resto burócratas sindicales, a ceder aparentemente. En el VI Congreso del Partido (1924) reconocieron, en principio, la necesidad de variar la orientación, pero dilataron el asunto mediante el nombramiento de una comisión especial encargada de preparar el despacho para el Congreso siguiente. En dicho Congreso, en cambio, se libró una batalla decisiva contra la dirección del Partido, alrededor de asuntos secundarios. Desde ese momento se organizaron en fracción y condujeron la lucha en el interior de todas las organizaciones (especialmente, células que ese año se organizaron) tendientes a conquistar la dirección del Partido. A mediados del año 1925, llegó la Carta Abierta de la Internacional Comunista, donde se examinaban detalladamente todos los problemas del Partido, e indicaba la necesidad de terminar con los vestigios "izquierdistas", que en realidad emparentaban con las concepciones ultra-derechistas del frentismo. La discusión de la Carta Abierta, permitió una profunda clarificación ideológica, en que la base del Partido comprendió el contenido pequeño-burgués de la corriente de pretendida izquierda, que conducía un hábil trabajo fraccionista para el logro de la dirección.        

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Esos elementos, más tarde calificados de "chispistas", quedaron reducidos al mínimo y no contaban con la adhesión de obreros, salvo excepciones aisladas. Rehuían la discusión política y trataban de llevar la discusión hacia problemas de organización. Y cuando se veían apurados en la discusión, recurrían a las argumentaciones más curiosas. "No hay diferencias, decían, desde el punto de vista político, pero nuestra posición de ayer, contra las reivindicaciones, estuvo bien porque otra era la situación." "Las reivindicaciones inmediatas quedan bien para los sindicatos", era un argumento frecuente en, labios de los dirigentes "chispistas". "Estamos de acuerdo", decían, pero al proyecto de programa presentado por el C. E., presentaban un contraproyecto.

La dirección del Partido quiso llevarlos al terreno político, pero ellos condujeron la lucha fraccionista sobre la base de acusaciones de carácter personal, con armas mezquinas. Eso es lo que obligó antes de la realización del Congreso, a tomar medidas orgánicas contra algunos de sus jefes y militantes destacados. Hubo el C. E., de expulsar a Oriolo, Angélica Mendoza, a Nieto, a Carolina Torres Cabrera, a Jorge Paz, etc., todos elementos reconocidos por su aventurismo político. Digamos dos palabras, por ejemplo, de Carolina Torres Cabrera, elemento patronal, que al mismo tiempo que trabajaba en nuestro seno contra la dirección, descubrióse luego que era empleada de la "Asociación Nacional del Trabajo" (institución patronal de organización del crumiraje). Para probarlo, ofrecemos a los delegados estas fotografías (exhibe varias). La entereza política revolucionaria de Jorge Paz, es conocida también del Partido mexicano, que con razón se opone a su reingreso a las filas de la I. C.

Las cosas en tal situación, se realiza en diciembre de 1925 el Congreso del Partido. Sin delegados que apoyaran la línea "chispista", a excepción de dos o tres, perdidas todas las esperanzas de copar la dirección del Partido, recurrieron al procedimiento de la provocación para impedir el normal desarrollo de la asamblea y determinar, consiguientemente, el desprestigio del Partido. De esa manera es que asesinaron a Enrique Germán Müller. El asesino, líder "chispista", estuvo detenido pro fórmula, durante un tiempo; después, la justicia burguesa lo puso en libertad. Cosa singular, al día siguiente del crimen, cuando la prensa burguesa informaba del hecho, lo hacía unánimemente a favor del asesino de Müller, lo que es una prueba de la premeditación del hecho. Sobre estas bases deleznables, el grupito de aventureros que pretendió hundir nuestro Partido, constituyó el sedicente "Partido Comunista Obrero". Su secretario era Cayetano Oriolo; su bandera de combate la defensa del asesino de Müller; su bagaje político, una serie de interminables calumnias miserables contra nuestro Partido y sus dirigentes.

¿Cuál fué la trayectoria del P. C. Obrero, desde su fundación hasta el presente? En ningún momento se manifestó como Partido con intenciones de conquistar a las masas, de luchar por las reivindicaciones del proletariado, etc. Por el contrario ese grupito de aventureros, que con el andar del tiempo se redujo más aún, mediante golpes de audacia se proponían únicamente perjudicar la Sección Argentina de la Internacional Comunista, obstaculizar el desarrollo, impedir su acción de masas. Veamos, por ejemplo, su actividad sindical; se redujo a detentar, mediante la aplicación de métodos fascistas, la dirección del Sindicato Metalúrgico. En palabras, defensores de los principios de la I. S. R.; en la realidad, sus peores enemigos. Nunca emprendieron una amplia acción por las reivindicaciones fundamentales del gremio; cuando se produce la iniciativa interna de constituir los comités de fábrica, la rechazan o sabotean con energía, porque sabían perfectamente que el ingreso de nuevos elementos sanos, llegados de las fábricas, haría trastabillar la dirección Greco. Cada vez que en vísperas de asambleas generales, no se sentían seguros sobre los pies, expulsaban violentamente a grupos de comunistas, habiendo en la fecha, un grupo numeroso de compañeros, que fueron separados del sindicato referido. Hasta llegaron, en su osadía, a expulsar personales enteros (Campi y Novara). Se preocuparon, solamente, de mantener los cuadros, para tener base sindical que les permitiese luchar contra el Partido, y sobre los cuales pretendían especular en el terreno internacional. Sus asambleas son típicas, pues se realizan siempre en atmósfera violenta, por obra y gracia de los elementos destinados a esa vil tarea. Su número de afiliados queda estacionario, no aumenta sus efectivos ni sus prestigios, y constituyen, los "chispistas" el obstáculo más grande en el desarrollo del Sindicato Metalúrgico, hoy transformado en una secta.

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Desde el primer momento buscaron, - y, por supuesto, encontraron,- la alianza con los anarco-sindicalistas de la U. S. A. De esa manera consiguieron ocupar puestos de dirección en el seno de la Unión Obrera local de Buenos Aires. Desde allí se propusieron combatir con energía a nuestro Partido.

Con el propósito de querer valorizar al "chispismo", es que con motivo del Décimo Aniversario de la Revolución Rusa, el Sindicato Metalúrgico, - sin que mediara invitación alguna, - quiso agregar a la delegación de la U.S. A., un delegado propio, esto es, Rafael Greco. Ese viaje tendía también a darle cierto "prestigio" a este agente patronal, para que a su vuelta pudiera continuar su acción nefasta en el campo obrero. No referiremos las incidencias de su viaje - muchos de los compañeros delegados presentes, las conocen por haber estado en Moscú en esa oportunidad; - recordaremos sólo, que la delegación latinoamericana allí presente, elevó una protesta ante la Comisión Organizadora de los Festejos, declarando al final de la misma que no se debía admitir a Greco en la U. R. S. S. por ser "un elemento indeseable para el movimiento obrero", por lo que se negaban "a tener contacto alguno con él, por considerarlo, no como un delegado obrero, sino como un agente patronal, cuyo viaje a Rusia tiene como objeto 'valorizarse" y poder continuar su obra contrarrevolucionaria a su vuelta a la Argentina".

De la catadura moral de es tipo, basta decir lo siguiente: que ante la Comisión Extraordinaria que debía resolver la expulsión o no de Greco de la U. R. S. S., a requerimiento de la misma Comisión, de si se responsabilizaba de la moralidad proletaria de Greco, a objeto de incorporarlo a la delegación argentina, - aún tratándose de un elemento indeseable para la U. R. S.S., - la delegación de la U. S. A. contestó unánimemente que no, por cuya razón, la expulsión de Greco de la U. R. S. S. fué tomada por asentimiento de todos los presentes.

Siempre, con propósitos de provocación, ese mismo Greco, expulsado de Rusia, con motivo de la Conferencia de Montevideo, fué designado nuevamente delegado por el Sindicato Metalúrgico. Allí pretendió obstaculizar el trabajo interno del Congreso y perjudicar por todos los medios a la delegación argentina. La delegación argentina formuló una declaración sobre Rafael Greco dejando constancia del concepto que le merece como elemento patronal, y declarando que se reservaba el derecho de plantearle la cuestión en mejor oportunidad, para no perturbar el normal desarrollo del Congreso.

En el Sindicato Metalúrgico militan fuertes núcleos de nuestros compañeros; pero, a pesar de eso, dicho sindicato, por mejor decir, Rafael Greco, y los "chispistas" que están en la dirección son, los saboteadores de las resoluciones del Congreso de Montevideo y demuestran que se proponen impedir el funcionamiento del Comité Pro Unidad Clasista.

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Hemos trazado, a grandes rasgos, la trayectoria política de los "chispistas". Veamos, ahora, el proceso de corrupción que se operó en su seno.

Ya dijimos algo de Carolina Torres Cabrera y de Jorge Paz. Hablemos ahora de Oriolo, primer secretario del sedicente Partido. Al poco tiempo de marchar como tal, trató, como militante destacado del Sindicato Afines del Automóvil, de hacer un chantage con la empresa "Energina". Ese chantage fué plenamente comprobado en asamblea de militantes responsables, y motivó su expulsión del Sindicato. Diré que Oriolo fué sorprendido en la casa particular del gerente de la nafta "Energina", en compañía de un provocador conocido, Francisco Docal. Sorprendido "in fraganti", no pudo negar ese hecho e intentó justificarlo con argumentos pueriles e intentando emporcar al entonces secretario del Sindicato de la Industria del Mueble, por cuyo motivo un Congreso de la U. S. A. lo señaló a Oriolo y a sus defensores "chispistas", como elementos malignos dentro del movimiento sindical.

Digamos de paso que en el momento de ir a Rusia, las relaciones de Greco y los dirigentes amarillos de la U. S. A. eran cordiales; éstos no desconocían las malandanzas de aquél, según confesaron más tarde, malandanzas que creemos necesario narrar.

Greco mantuvo relaciones con una aventurera de carácter internacional, llamada "Boby". Estuvo complicado en un escándalo acaecido poco antes de su partida y que conocimos después, en que la tal "Boby" fué detenida como traficante de cocaína y puesta en libertad mediante las poderosas fuerzas a cuyo servicio está. Con ella, Greco hizo el viaje hasta Europa. Hemos obtenido una carta que Greco le envió desde Berlín; no la leeré in extenso; no tiene interés político; es la carta de un depravado moral. Termina de la siguiente manera:

''Mientras tanto, bien puedes escribirme a Moscú, a la dirección que encuentres al final, pues considero que hasta el 20 del corriente, permaneceré en la capital rusa. Te recomiendo al escribir, seas lo más objetiva posible y de no ocuparte de asuntos políticos, pues personalmente estoy sometido a una posible censura. Me será grato escuchar inconmensurables alabanzas tuyas y de París, y las instrucciones que estimes necesario mandarme, también me serán gratas".
Este párrafo indica que las relaciones con la tal Boby y Greco no eran simplemente personales, sino que también las había de índole política. Que esas relaciones políticas no eran trigo limpio, lo demuestra la recomendación de que no le escriba sobre ellas por "la posible censura". Que Greco recibía instrucciones de la tal Boby.


También hemos podido interceptar una carta que su mujer le envió desde Buenos Aires a Moscú. En ella escribe, entre otras cosas, lo siguiente:

''Me pones que no me haga la rica; eso lo sabía yo de un principio, y desde el primer momento le dije a Casullo que me había dejado sin plata y con deudas. El lunes siguiente que vos te fuistes vino y me trajo $ 100 y me dijo que el resto me lo traería el 20 o 21; como vi que no vino, le hablé por teléfono diciendo que precisaba el dinero y me contestó que el lunes 24 me traerla el resto".

Más adelante, agrega:

"Me sobra mucha plata del sueldo. Le doy $100 a Velita, $20 para mis gastos y $100 los guardo; así, cuando vos vuelvas, si es que me pasan el sueldo todos los meses, voy a tener unos pesos, etc.''
Casullo es un "chispista" del Sindicato Metalúrgico. Esto demuestra cómo engañaban al sindicato para obtener fondos. Pero la carta dice algo más, que ya no es de índole privada:

''En los primeros días de noviembre, voy con Elena a casa del Senador a ver si me da algo del dinero que te debe; vamos a primero de mes, así no podrá decir que no tiene plata, por estar a fines".

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¿De qué senador se trata? ¿Y en qué concepto le puede entregar dinero a Rafael Greco, que recibe su salario como empleado de los metalúrgicos?

Los documentos que prueban las afirmaciones que hago y que demuestran la calidad de agente patronal de Greco, han sido hechos públicos y los originales están a disposición de los compañeros delegados.

Digamos, antes de terminar con este capítulo, dos palabras sobre la Liga Antiimperialista. Ni bien constituyeron su "partido" la fundaron y le dieron el nombre de Sección argentina. Cuando la masa de afiliados estaba dispuesta a separarlos de la dirección, entonces recurrieron una vez más a los método provocativos, disolviendo la asamblea a balazos. Eso es lo que determinó la constitución de la Liga Antiimperialista (Grupo de Izquierda), que por su actividad, por su desarrollo y por su extensión a todo el país, realiza las funciones de verdadera Liga Antiimperialista.

La Internacional Comunista tomó varias resoluciones contra los "chispistas"; su línea política la repudiaba ya abiertamente en la Carta Abierta dirigida a nuestro Partido en 1925.

Después de la escisión, en mayo de 1926, enviaba un telegrama concebido en los siguientes términos:

"Moscú, 26 (mayo) - Comintern resolvió reunión fecha remitir carta vuestro Partido solidarizándose acción bolchevización realizada por Comité Central; confirma reciente Congreso, denunciando sedicente Partido Comunista Obrero como agrupación enemiga comunismo. - Humbert Droz." (Publicada en "La Correspondencia Sudamericana", 15 de junio de 1926).

En "La Correspondencia Sudamericana" (noviembre 30 de 1926), se publicó también una carta dirigida por el Secretariado de la Internacional Comunista a todos los Partidos Comunistas y organizaciones revolucionarias de América latina, concebida en los siguientes términos:

''El grupo excluído del Partido Comunista de la Argentina, habiendo fracasado en su tentativa de dividir la vanguardia revolucionaria de ese país con la constitución de un pretendido "Partido Comunista Obrero", continúa actualmente su propaganda anticomunista en el exterior, no solamente por intermedio de su periódico titulado ''La Chispa'', sino también por cartas-circulares dirigidas a las organizaciones revolucionarias. En éstos panflectos se lanzan calumnias contra los dirigentes del Partido Comunista de la Argentina, buscando por ese medio, desacreditar la acción revolucionaria ele nuestro Partido y hacer intrigas contra él. El carácter anticomunista de esos pretendidos "comunistas obreros" ha sido ya denunciado en la Carta Abierta que hemos enviado ultimamente al Partido Comunista argentino, aprobando la actividad de su Comité Central. Nos limitaremos a señalar que la actividad de ese grupo ha justificado plenamente nuestra resolución y ha demostrado que la única misión de esos elementos, es la de combatir la organización revolucionaria de la masa trabajadora de la Argentina. Los pretendidos votos, de amistad hacia la Rusia de los Soviets y el Comintern, hechas por ese grupo, no son más que la máscara que sirve para velar su proposito contrarrevolucionario. No se puede ser amigo de la revolución soviética y del Comintern, cuando se combate por todos los medios, - por el asesinato, inclusive, - los partidos comunistas que constituyen la base segura, no solamente de la primera revolución proletaria, sino también un punto de apoyo para el desarrollo de la revolución mundial. El Comintern conoce ya esta táctica que ha sido empleada por todos los traidores a la causa comunista: simular, en las palabras, ser amigo del movimiento comunista internacional, pero de hecho, buscar de disgregar los Partidos Comunistas de sus países. En consecuencia, ponemos en guardia a las organizaciones revolucionarias de América, contra esos pretendidos  “comunistas obreros'' y las invitamos a denunciar, como lo ha hecho el Comintern, a esos elementos como enemigos del comunismo y como agentes patronales.

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El Secretariado de la I. C."

Igual declaración hizo el P. C. de México en "El Machete", de marzo 30 de 1927.

Si nos hemos detenido un poco en los "chispistas" es porque con motivo del Congreso de Montevideo han intentado llevar la confusión en el terreno continental, sembrando cizaña contra nuestro Partido en las organizaciones revolucionarias. Y bueno es que nadie se deje sorprender.

El crecimiento de nuestro Partido.

Después de la escisión "chispista", el crecimiento de nuestro Partido continuó ininterumpidamente; su influencia en el seno de las masas trabajadoras, acrecentó de manera notable. Pero, a poco andar, se perfilaron en su seno, desviaciones de derecha, encarnadas, principalmente, en el representante del Partido ante el Concejo Deliberante de Buenos Aires: Penelón.

¿Alrededor de qué asuntos se manifestaron esas desviaciones? En primer término, digamos que su base oportunista residía en la pérdida de las perspectivas revolucionarias del movimiento comunista latinoamericano, y en especial, de nuestro país. Nuestro Partido progresaba pero no de una manera vertiginosa. Era necesario, entonces, que su línea permitiera atraer a su círculo a grandes masas; "menos palabras revolucionarias y más trabajo metódico, pacífico, de atracción", etc. En una palabra, la revolución es un problema lejano, y por lo tanto, debemos cambiar nuestra táctica de masas. Ese razonamiento típicamente reformista, es el que estaba en la base de todas las desviaciones de Penelón.
Esas desviaciones se manifestaron alrededor de los siguientes problemas:

a) Peligros de guerra. - En el momento del allanamiento de la "Arcos House", en Londres, de la Embajada soviética, en Pekín, etc., cuando la guerra imperialista contra Rusia era inminente, el Secretariado Sudamericano lanzaba un manifiesto con la consigna justa de "NI UNA FANEGA DE TRIGO, NI UN LIBRA DE CARNE, PARA LOS EJERCITOS IMPERIALISTAS EN LUCHA CONTRA LA UNION SOVIETICA". Penelón se opuso decididamente, diciendo que no era "practicable". Solamente, "deben lanzarse consignas practicables". "Las organizaciones obreras son débiles". Por otra parte, agregaba, su aplicación (que restringe la exportación) determinaría la baja de los salarios de los obreros; por ello los obreros no comprenderían la consigna, etc. ¿Es necesario hablar mucho para demostrar la esencia ultra-reformista de esta argumentación? El lenguaje de los socialistas no es otro; "la revolución es una cosa para el futuro', "hay que defender la producción nacional, porque es defender los salarios de los obreros del país", etc. Penelón no tenía fe en la capacidad revolucionaria de las masas. Sobre este problema, ya se refirió el compañero Contreras.

b) Cuestión sindical. - Su línea era consecuente en el problema sindical. "Hay que trabajar en el interior de los sindicatos y no luchar abiertamente contra los jefes, para llegar así a obtener la dirección". "Hay que ingresar a la C. O. A. (entidad reformista, que brega por la personería jurídica, etc.), sin condiciones", etc. En realidad era una claudicación ante el reformismo. Su reformismo, les hacía radicar toda su confianza en las capas obreras mejor remuneradas, sin querer ver las grandes masas de explotados en la economía fundamental del país. En el problema sindical, también le faltaba confianza a Penelón y sus secuaces, en los movimientos de masas, y eso los llevaba a la política liquidacionista y de entrega.

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c) En el trabajo parlamentario. - El trabajo parlamentario de Penelón, en nada se diferenciaba del de los reformistas. Colaborando con los sectores burgueses y socialistas, se limitaba a la presentación de proyectos y más proyectos, relacionados con la construcción de aceras, con pasos para calles, con farolitos de luz y mil cositas más. No existe, en su trabajo parlamentario, una prolongación de la lucha de clases, que tal cosa es el parlamentarismo comunista. "Este trabajo es el que rinde", decía Penelón en defensa de su desviación, pretendiendo que eso era la aplicación de la línea: "lucha por las reivindicaciones inmediatas de los trabajadores".

d) Concepción del Partido. - A esas desviaciones corre pareja la concepción curiosa que del trabajo del Partido tenía Penelón. El no concebía la dirección y el trabajo colectivos, sino la dirección y el trabajo unipersonal. El régimen patriarcal, como dice la Internacional Comunista, es el predilecto como sistema de organización para Penelón.

Hemos señalado sus desviaciones fundamentales, contra las que el Partido luchó con toda energía, con el apoyo de la Internacional Comunista. El trabajo fraccionista de Penelón, condujo a la división. Y al igual que los "chispitas" en 1925, fundó en 1928, "su partido", que llamó: "Partido Comunista de la Región Argentina", sin ningún prestigio ni ascendiente entre las masas, y cuya misión es la lucha abierta y ruín contra nuestro Partido.

No hablemos de la forma repugnante en que condujo su trabajo fraccionista, porque es secundario. Lo cierto es que en el momento de la división, logró ararstrar tras sí, a un grupo numeroso de afiliados y muchos buenos afiliados obreros.
A mediados de 1928, llegó la resolución de la Internacional Comunista y una carta abierta a nuestro Partido. Encareceremos a cada delegado que las lean, para que puedan comprender y compenetrarse mejor de nuestros problemas. En ella, se condena como reformista toda la línea de Penelón, pero se dan las bases para la atracción de los elementos obreros que con él se había retirado de nuestro Partido.

La aplicación justa de la resolución de la Internacional Comunista, permitió la atracción sucesiva de grupos, de compañeros sinceros que se habían retirado en el momento de la división, quedando hoy con Penelón muy pocos de los obreros que habían salido. Hoy, el P. de la R. A., es un grupito reducido y que se mantiene con algunas señales de vida, alrededor del "Sr. Concejal". Políticamente, se ponen ya abiertamente contra la Internacional Comunista y contra la I. S. R.; en el terreno sindical, son enemigos declarados de la C. S. L. A., y son los mejores amanuenses de los reformistas.

El estado actual.

Así nació y se desarrolló el Patrido argentino: en la lucha contra el reformismo y en la lucha contra toda suerte de desviaciones: de ultraizquierda ultraderecha. Aplicando la línea política de su último Congreso, con importante apoyo político de la I. C., nuestro Partido acrecienta extraordinariamente sus fuerzas. Hoy penetra en las regiones más apartadas de la República y participa abiertamente, como Partido, en los movimientos obreros, en las agitaciones de masas. La clase trabajadora va comprendiendo que solamente nuestro Partido puede conducirla a las luchas revolucionarias. Es claro que no han desaparecido todas sus dificultades; tenemos muchas fallas de organización, y muchas deficiencias políticas. Hay que luchar contra obstáculos de toda índole. Pero, en el intenso trabajo diario y en el trabajo de masas, es cómo hemos de superarnos y transformarnos definitivamente en el Partido director de los grandes movimientos revolucionarios.

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Las crisis de nuestro Partido fueron motivadas no por cuestiones personales entre dirigentes, sino por divergencias políticas, las que he analizado someramente y que no entré a tratarlas en detalle, porque hubiera sido sumamente extenso y porque, además, al alcance de cada compañero delegado está el material que le permitirá conocerlos y estudiarlos mejor. En la solución de esas divergencias políticas, estaba la vida y el porvenir mismo de nuestro Partido.

Se nos podrá objetar el haber sido excesivamente sectarios en nuestra lucha contra las desviaciones. No es así, compañeros. Si se entiende por sectarismo el cerrar las puertas de nuestra organización a los elementos obreros sinceramente equivocados, no es cierto. Es claro que nuestro Partido permanecerá cerrado para los Greco, los Mendoza, los Penelón, que pueden haber pasado por sus filas; pero, en cambio, tiene sus puertas abiertas ampliamente para todo obrero sincero, aún los que se han apartado de la línea de la I. C. por incomprensión, pero que llegaran a percibir que únicamente en su seno se puede servir al movimiento revolucionario. Miembro del Secretariado Político del Partido, delegado a esta Conferencia Continental, es el compañero Moretti, - por ejemplo, - que se fuera con Penelón y que ha sido el primer secretario general de "su" Partido. Esta es la demostración más concluyente de cómo en la base de la lucha fraccionista, había desviaciones políticas, desaparecidas las cuales, todos los compañeros que vuelven pueden ocupar sus puestos de lucha y de responsabilidad en nuestro Partido. Escisiones como las habidas en nuestro Partido podrán haber en el futuro en otros países. Es claro que hay que hacer lo posible por evitar que los elementos aventureros, arrastren tras sí a los afiliados sinceros, pero si, como decíamos al comienzo, los Partidos hacen esfuerzos por acercarse, conociéndose mejor, y teniendo fe en la Internacional Comunista, el daño disgregador de tales bichos malignos será mínimo, y fatalmente serán arrollados por los movimientos de masas, y nuestros Partidos irán consolidándose. (Muy bien).

GABRINETTI. (Brasil). - Camaradas: Hemos escuchado con atención y placer la información que el compañero Ghitor nos ha suministrado respecto a la situación del Partido Comunista de la Argentina. Esa información ha demostrado con claridad la posición justa asumida por el Partido argentino frente a las desviaciones oportunistas que surgieron en su seno. De aquí en adelante no podrá haber más duda sobre el carácter político de las crisis habidas en las filas del P. C. de 1a Argentina y que el Partido reconocido por la Internacional Comunista es el verdadero Partido Comunista y quienes no están en sus filas, se encuentran en el campo de la traición. Por eso, en nombre de las delegaciones Brasileña y Uruguaya, que por razones de vecindad pudieron conocer a fondo el origen de dichas crisis y prestar desde el primer momento una amplia solidaridad al Partido argentino, propongo la siguiente resolución:

''La Primera Conferencia Comunista Latinoamericana, al comprobar los progresos alcanzados por el Partido Comunista de la Argentina, su consolidación orgánica e ideológica y la mayor influencia adquirida entre las masas obreras y campesinas e informada de las crisis que se produjeron en el mismo y de la forma en que esas crisis han sido superadas, mediante la aplicación de las resoluciones adoptadas en cada caso por la Internacional Comunista,
Declara:
“Que algunos elementos expulsados con motivo de esas crises, han intentado acercarse a algunos delegados, promover confusiones en los Partidos de Latinoamérica, maniobra que la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana repudia, al mismo tiempo que, como ya lo establece la resolución de la Internacional Comunista, declara que los obreros sinceros que quieren reintegrarse a sus filas, tienen abiertas las puertas de su Sección Argentina - el Partido Comunista - siempre que reconozcan plenamente los errores cometidos y se sometan a la disciplina nacional e internacional”.

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BRACERAS. (Cuba). - Compañeros: la delegación cubana está completamente de acuerdo con esta resolución, pero en la declaración que se nos propone, hay una manifestación que, como delegado no puedo aceptar. Es la que se refiere a que algunos delegados han estado en relaciones con elementos expulsados.

Yo no puedo creer eso. Por eso pido que se suprima la parte que dice: "Acercarse a algunos delegados". De la delegación Cubana nadie ha tenido contacto con semejantes elementos. Quería aclarar tan solo esto.

CODOVILLA -- Camaradas : Yo me explico la protesta del compañero Braceras contra el hecho de que alguien de los nuestros haya podido tener contacto con elementos excluídos de nuestras filas. Más bien hay que decir que estos elementos buscaron ese contacto pero sin éxito. Sin embargo, el hecho es que uno o dos compañeros delegados se vieron con los "chispistas" y estos les solicitaron si no fuera posible hacer algo en "su favor" en la Conferencia.
Por otra parte, creo al igual que el compañero Braceras, que hay que suprimir esa parte de la resolución. Pero si el hecho ha existido, habrá que llamar seriamente la atención de esos compañeros, señalándoles que cuando la Internacional Comunista toma una resolución, los militantes de todas las secciones están obligados a acatarla y no es posible admitir que compañeros del Partido Comunista anden en relaciones con los elementos anticomunistas comprobados aunque éstos traten de demostrar lo contrario.

ARANA. (Ecuador). - Compañeros: Me parece que no vale la pena hacer mucha discusión al respecto. Yo creo hasta innecesaria la resolución. Todos estamos convencidos que estamo sfrente a traidores comprobados "chispistas" y "penelonistas". El P. C. de la Argentina ha hecho bien en excluirlos de sus filas. Y nada más. La I. C., por otra parte, ya ha condenado definitivamente a estos traidores. ¿Para qué otra resolución?

MENDIZÁBAL. (Bolivia). - Quiero aclarar, por lo que pueda ser útil, que yo he tenido una conversación con los "chispistas" en el Sindicato Metalúrgico, porque me invitaron para tratar cuestiones sindicales, pero nunca en el local de ellos. Al Sindicato Metalúrgico fuimos conducidos por elementos que nos vinieron a visitar en el alojamiento y que tuvieron conversación con el compañero Oreste, quien por otra parte les cayó muy fuerte. Declaro que a mí personalmente no me han hablado nada con respecto al Partido, pues les hubiera contestado como se merecían.

SALAS. (Uruguay). - Camaradas: estoy de acuerdo con la modificación que se propone. Yo quería referirme al hecho de que haya quienes duden de que fracciones que se desprenden del seno de los PP. CC. son contrarrevolucionarias, y es lamentable que esa duda haya podido persistir en algunos compañeros, después que la I. C. señaló a los traidores. Si por falta de informaciones y la propaganda confusionistas remitida por "chispistas" y "penelonistas" pudo algún compañero tener dudas sobre el carácter político de la escisión habida en nuestro Partido argentino, esas dudas a esta altura deben haber desaparecido por completo y desde ahora en adelante debe considerarse a los elementos excluídos de P. C. argentino como nuestros peores enemigos, tanto en el campo nacional como en el campo internacional. (Muy bien).

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ARANA. (Ecuador).- No estoy en todo de acuerdo con la resolución (pero la voto), porque creo que en su última parte es demasiado benévola. Los traidores deben saber que no tienen nada que hacer con la I. C.

GABRINETTI. (Brasil). - Pongo a votación la resolución, suprimiendo la parte que dice: "acercarse a algunos delegados". Los que están de acuerdo, levanten la mano. (Aprobado por unanimidad).

GABRINETTI. (Brasil). - Compañeros: He sido designado por el Presidium para pronunciar el discurso de clausura de esta Conferencia.

Diré solamente algunas palabras, ya que creo innecesario poner de relieve la importancia de las discusiones que han tenido lugar, que han permitido una clarificación en nuestros métodos de lucha y la aplicación de tácticas más acertadas en la misma.

Creo que con esta Conferencia hemos cumplido una de las etapas más fundamentales hacia la consolidación del movimiento comunista en América latina. Esto, unido a lo que las fuerzas sindicales revolucionarias han realizado hace pocos días en Montevideo al constituir la C. S. L. A., viene a reforzar y a dar más cohesión a todo el movimiento revolucionario latinoamericano.

El congreso de Montevideo ha servido para pasar revista a las fuerzas sindicales revolucionarias de la América latina, para poner de relieve sus defectos, tomar las medidas para corregirlos, darles tareas precisas para la lucha futura contra el imperialismo y las burguesías nacionales, agentes del mismo.

Aquí, en nuestra Conferencia, hemos podido hacer un estudio de la situación objetiva de los países latinoamericanos, establecer el carácter de la revolución en nuestros países, trazarnos planes de acción para la lucha futura.

A través de una autocrítica fraternal hemos desmenuzado nuestros errores, hemos puesto de relieve las insuficiencias de nuestros partidos, hemos convenido en darles una contextura política más clara, planteándoles como tarea fundamental la de conquista de las amplias masas.

Partiendo de la base de que en muchos países de la América latina existen situaciones prerrevolucionarias hemos trazado para algunos de nuestros partidos la táctica a seguir frente a las diversas capas sociales interesadas en la lucha, y hemos demostrado cómo sin la hegemonía de proletariado - y de su vanguardia de lucha: el Partido Comunista - los movimientos revolucionarios que se gestan en muchos países no solamente no realizarán las consignas de la revolución democrático-burguesa, sino que se volcarán contra los intereses de las masas trabajadoras.

Hemos analizado el problema de la guerra, no ya desde el punto de vista general - como habíamos hecho hasta ahora - sino que en el caso particular de la América latina, como parte integrante de los conflictos interimperialistas. Las enseñanzas que sobre este punto podemos extraer de la Conferencia - y que debemos hacer conocer entre las masas - es que la guerra no se combate con frases pacifistas, sino que hay que hacer todo un trabajo de preparación ideológica y de organización con fines de transformar la guerra imperialista en guerra civil para liberarnos definitivamente del yugo capitalista.

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La defensa de la Unión Soviética, patria del proletariado mundial, ha sido puesta en primer plano, ya que ella representa la parte más fundamental de la lucha contra la guerra imperialista.

Nosotros esperamos que cada uno de los delegados a la Conferencia haga conocer ampliamente a sus respectivos partidos las resoluciones que aquí se han tomado, se empeñen para hacer que se apliquen en el orden nacional, y se realice una actividad tal que en una próxima Conferencia podamos comprobar la consolidación orgánica y política de nuestros partidos y su transformación en grandes partidos de masas.

Concluyo, camaradas, diciendo que para llevar a las masas trabajadoras a la lucha y a la victoria, es preciso que nuestros partidos tengan una buena línea política, una buena organización, y una disciplina férrea: son tres cosas que no se pueden desligar. En nombre del Presidium declaro clausurados los trabajos de la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana. (Aplausos. Los delegados, de pie, entonan La Internacional).


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