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El movimiento revolucionario latino americano 

 

Decima sesión, realizada el 5 de junio

Preside Codovilla. (S. S. A.).

Peluffo. (Argentina). - He sido encargado por la delegación argentina, para hacer conocer a esta Conferencia la experiencia del Bloque Obrero y Campesino, tal como esta organización ha funcionado en la provincia de Córdoba, donde actúo.

Los Bloques de Obreros y Campesinos los hemos organizado en Córdoba, no sobre la base de adhesiones colectivas, - como en otras provincias argentinas-, cuyas experiencias se traerán también a esta Conferencia, sino por afiliaciones individuales. La táctica de la formación de los Bloques de Obreros y Campesinos tuvo su origen en la necesidad de llegar a las masas obreras y campesinas. Se nos presentaba esta situación: ¿podríamos organizar el Partido en lugares donde jamás había llegado nuestra propaganda? Comprendimos que la mejor manera de tener bajo nuestra influencia a esas masas obreras y campesinas, era la constitución del Bloque de Obreros y Campesinos. Pero, considerábamos que el Partido no debía ser un partido de masas, sino la vanguardia de las masas obreras y campesinas; por esa razón, no era el caso de adherir a todos los componentes del Bloque a nuestra organización, sino dirigirlos, pero como no contábamos para ese trabajo con organizaciones obreras en cantidad suficiente, y en muchos lugares faltaban, no pudimos organizar los Bloques sobre base colectiva, sino individual. Podemos decir que en lo que respecta a Córdoba, los resultados de esta táctica han sido excelentes para nuestro movimiento. En algunos lugares, a Jos dos años de organizarse el Bloque, pudimos vencer a la burguesía y apoderarnos del manejo de la comuna (municipalidad), como ocurrió en Cañada Verde, que fue la primera comuna o municipalidad dirigida por comunistas, en Sud América.

En todas estas organizaciones de masas, hemos seleccionado los elementos para luego incorporar los mejores a nuestro Partido, y así hemos podido tener, en muchos puntos del territorio donde jamás llegamos, constituidos grupos o células comunistas.

Creo que la forma de adhesión colectiva es la mejor, salvo para algunos casos particulares. Solamente, repito, queremos dejar constancia de nuestras experiencias sobre los Bloques Obreros y Campesinos, para que los compañeros de los otros países las tomen en cuenta en lo que sean de aleccionadoras.

Debo declarar, igualmente, que la organización de los Bloques, es la base para la constitución de los sindicatos en muchos centros del país, como ha ocurrido en la provincia argentina que he mencionado.

Creo, compañeros, que éste es uno de los problemas importantes y hasta fundamental que debe resolver, previo estudio profundo, esta Conferencia porque hay que darle gran importancia a los problemas de organización para nuestro movimiento, y adquiere importancia máxima en nuestro movimiento sudamericano, cuando he escuchado de las diversas delegaciones, que la gran tarea inmediata para nuestro movimiento comunista, es la organización. En más de una ocasión, he notado que más de un compañero tiene conceptos todavía social-demócratas sobre la organización del Partido. Habremos realizado pues, con gran éxito esta Conferencia si encontramos la solución a los problemas de organización.

A los compañeros del Perú se les ha atacado por parte de varios camaradas, en su concepción que a mí también me parece equivocada, pero también es conveniente decir que las respuestas recibidas por esos camaradas no han sido todo lo explícitas que es necesario. El punto principal es el que se refiere al Partido de masas. Tenemos que transformar nuestro Partido en un Partido de masas; es ésta una cuestión indiscutible y que nadie ha negado, pero algún compañero ha dicho que Lenín sostuvo, contra el criterio de los "economistas", que se debía hacer la organización de los revolucionarios solamente, sin tener en cuenta, compañeros, que al decir esto, se ha querido significar implícitamente que la organización de los revolucionarios debe tender a organizar a toda la masa obrera y campesina. Nuestra organización como Partido, debe ser de vanguardia, es decir, formada por los obreros más conscientes y para llegar hasta las masas, tiene una organización que debe aprovechar: a nosotros nos parece que se debe utilizar el Bloque de Obreros y Campesinos, estudiando previamente las condiciones de los países de América latina.

Peters. (I. J. C.). - Lenín nunca opuso el carácter de Partido de vanguardia, con el de Partido de masas!

Peluffo. (Argentina). - Tampoco he afirmado eso, compañero; pero sí, digo que hay que distinguir entre ambos conceptos.

Resumiendo, compañeros, sobre el importante asunto de la organización de las masas, quiero declarar que los compañeros de la provincia de Córdoba no han constituído los Bloques de Obreros y Campesinos, porque éstos hayan manifestado su repudio al comunismo, sino para penetrar más todavía entre las masas y llegar hasta donde todavía no habíamos llegado. Igualmente, nuestro Partido nunca ha desaparecido cuando funcionaban los Bloques, puesto que siempre los ha dirigido; siempre ha existido nuestro control. He terminado.

Romo. (Argentina). - Quiero decir dos palabras sobre esta aplicación de la táctica de los Bloques obreros y campesinos en la Argentina. Nuestra delegación, teniendo en cuenta que el problema se halla a consideración del partido y no se cuenta todavía con un pronunciamiento, acordó exponer las diversas experiencias que contamos como un aporte ilustrativo para la Conferencia. Hago esta aclaración para que los compañeros no interpreten como una divergencia de la delegación el hecho que haya mencionado tres tipos distintos de Bloque, uno de los cuales, el aplicado en la provincia de Buenos Aires, debe destacarse definitivamente como perjudicial para nuestro trabajo, ya que propende a la suplantación de las secciones ya existentes del partido. Los otros dos, el de adhesiones colectivas, aplicado en Santiago del Estero, y el de adhesiones individuales donde no existían secciones del partido, aplicado en Córdoba, tienen las virtudes, defectos y peligros que han sido señalados por Yolles y Peluffo,

En general, creemos que el más conveniente es el que tenga por base las adhesiones colectivas. Repito, la cuestión está a consideración del Partido.

Martínez. (Venezuela). - Compañeros: empiezo por decir que en lo referente al informe del compañero Luis estoy de acuerdo. Con relación a Venezuela, deploramos no poder traer a esta Conferencia un informe amplio sobre la situación económica y política, puesto que los compañeros saben en qué condiciones anormales actúo por el arraigo de nuestras ideas en las masas obreras y campesinas. Hasta el año 1921, nuestra propaganda puede decirse que se concentró en la lucha contra el caudillismo; pero luego tratamos de ligarnos a las masas. Algún camarada ha manifestado en esta Conferencia, que los compañeros desterrados no intentan penetrar ilegalmente en su propio país para realizar la agitación; pero, seguramente, no ha tenido en cuenta que nosotros hemos intentado mil veces eso mismo, pero no hemos podido hacerlo y a los que han podido pasar la frontera en esta forma, le pasa lo que al camarada Montenegro que ha sido asesinado, como todos los camaradas conocen. Los que pudieron llegar al país, se han visto en la necesidad de retirarse a los tres o cuatro días para salvar su vida. Tal es la situación de nuestros camaradas desterrados y tal, también, la represión policial de los dictadores sudamericanos, con Gómez a la cabeza, que es el más feroz entre todos. Asimismo, camaradas, tenemos afiliados que trabajan en el seno de las masas venezolanas y hasta la fecha, no han sido descubiertos por los esbirros policiales. Declaro firmemente que todos los compañeros desterrados han hecho todo, absolutamente todo lo posible, por penetrar a sus respectivos países, y no es nuestra, entonces, esa falla - si es que así le podemos llamar a este hecho-, que notaba ese compañero. Sostengo, camaradas, que en toda América latina, no existe una dictadura tan particularmente sangrienta y monstruosa como la que aplasta al proletariado venezolano.

El compañero Austine afirmaba que si era posible realizar el trabajo ilegal en Italia, no se explicaba cómo no se podía hacer en Venezuela. Esta afirmación, compañeros, se debe a que el camarada Austine no conoce la característica de Venezuela. Para citar solamente un caso, diré que no existen ciudades populosas, y que en Caracas, por ejemplo, todos los habitantes se conocen mútuamente como si se tratara de los habitantes de una simple aldea.

Estoy perfectamente de acuerdo en que hay la necesidad impostergable de penetrar al territorio, puesto que todas las condiciones objetivas y subjetivas indican la proximidad del levantamiento de las masas obreras y campesinas venezolanas contra la dictadura de Gómez. En algunos lugares del territorio, tal por ejemplo, el caso de Trinidad, se hallan compañeros nuestros dispuestos a organizar a las masas en el momento de la insurrección. Cuando estuve en México me informé por intermedio de algunos camaradas venezolanos, que aquellas condiciones a que me he referido hace un minuto, existen y, sobre todo, que es posible aprovechar ese estado de fermentación revolucionaria, para el desarrollo de nuestro Partido y más todavía, compañeros, para el triunfo y el comando de esa revolución que estallará. Desde otro punto de vista, quiero dejar constancia que si han habido errores y por consecuencia muchas críticas sobre nuestro trabajo, especialmente sobre la falta de claridad de nuestro pensamiento revolucionario, es debido a la gran dificultad contra la cual hemos tropezado siempre: en Venezuela es trabajo difícil convencer a las masas.

Otras cuestiones: no creo como parecieran creer algunos compañeros que se le deba pedir a la Internacional Comunista, que organice la revolución en algún país de América latina, pero es necesario dejar sentado que tienen absoluta razón algunos compañeros, -especialmente los de América Central- cuando afirman que faltan relaciones entre el Comintern y sus Partidos.

En lo que se refiere al trabajo desplegado por el Secretariado Sudamericano, con respecto a algunos países de la América latina, creo que en este sentido, se pueden formular algunas críticas tendientes a demostrar que su actividad no ha sido todo lo acertado que era lógico prever.

Una falla que he notado en esta Conferencia de parte del Secretariado es que se resuelven todos los problemas y cuestiones que plantean los compañeros con mucha exactitud dialéctica, mucha riqueza de teoría, pero se descuida la parte práctica del problema y no se tiene en cuenta la situación, la psicología y el ambiente propio en que esas líneas políticas teóricas deben ser aplicadas. Me parece que los compañeros del Secretariado desconocen las características de las poblaciones de América latina y sin eso, compañeros no podremos establecer una táctica acertada.

Otro punto que quería tocar en esta Conferencia, es el referente a la forma cómo se critican los errores de los compañeros. Recuerdo que en “La Correspondencia Sudamericana” apareció un artículo de tono áspero o por lo menos, nada sereno, contra una concepción del compañero de la Plaza, de México. Esta manera de corregir errores, me parece desacertada, puesto que desmoraliza a muchos camaradas y crea una serie de asperezas en esos compañeros que se ven tan duramente criticados.

Para terminar, camaradas, yo pediría que se desplace el centro de dirección de las tareas de los Partidos latinoamericanos, al Mar Caribe donde existen inmediatas condiciones de grandes movimientos revolucionarios que merecen una atención especial de la Internacional Comunista. Nada más, compañeros. (Muy bien).

Diéguez. (El Salvador). - Compañeros: He seguido con mucha atención el debate, y me interesa dejar constancia de mi solidaridad con los que afirman que hay que basar toda nuestra acción sobre las masas obreras y campesinas.

Los acontecimientos de Colombia nos demuestran claramente la labor nociva realizada desde Bogotá por los elementos intelectuales que estaban al frente del Partido. Creo yo, y lo repito, compañeros, que no debemos confiar nunca en esa clase de gente que viene a nuestro lado, para explotar el movimiento revolucionario, pero que no se disponen a hacer obra verdaderamente revolucionaria luchando a la par de los obreros y campesinos.

Mi experiencia, aunque corta, aconseja no creer nunca en la bondad de los intelectuales. Ahí tenemos los resultados en el movimiento de la zona bananera de Colombia. Los reveses de ese movimiento y el fracaso de la revolución en todo el país, se debe, exclusivamente, a la pésima táctica del grupo de intelectuales que dirigía la huelga desde las oficinas de Bogotá.

Para terminar, camaradas, yo creo que es necesario que la Internacional Comunista, se preocupe más del movimiento comunista de nuestros países; muchas veces a nuestra falta de experiencia es la que permite a los aventureros, tomar la dirección de nuestro movimiento. Nada más.

Taboada. (Guatemala). - Compañeros: Después de lo que hemos escuchado respecto a la actitud del C. E. del Partido Socialista Revolucionario de Colombia, creo que a los compañeros de este país se les deben dar instrucciones bien categóricas y prácticas para el trabajo futuro, o mejor dicho, inmediato ya que las condiciones de ese país, así lo aconsejan. Es preciso que nuestro Partido de Colombia tenga una dirección - ¡y una buena dirección, compañeros! -, para que se eviten en el futuro los hechos lamentables que se han producido en la zona bananera, en que el Comité Ejecutivo de Bogotá ha abandonado a su propia suerte a los compañeros huelguistas. Eso es todavía más necesario por cuanto han manifestado que se producirá fatalmente una revolución, y que si no la hace el Partido Socialista Revolucionario, se puede descontar como seguro, que la llevarán a cabo los liberales. ¿Qué quiere decir que habrá una revolución y que si no la podemos dirigir nosotros, la harán los liberales? Hay que tomar una decisión al respecto, compañeros. Hay que resolver algo práctico y evitar con eso que puedan suceder hechos graves para nuestro Partido colombiano.

Pasando a otro asunto, me parece notar que hay confusión con respecto a la función que desempeña el imperialismo en los países que penetra, y a este respecto quiero hacer presente que en algunos países, los obreros de las empresas imperialistas son mejor tratados que en las de los nacionales. Estando en esas condiciones, aunque sea en muy poco ventajosas con respecto a las nacionales, los obreros y los campesinos nos responden, cuando propagamos el antiimperialismo, que no ven el peligro de tal intervención del imperialismo, porque notan que sus condiciones de vida mejoran, aunque sea en pequeña escala, relativamente a la situación anterior. Es necesario que algún compañero de mayor capacidad que yo, nos explique a qué obedece este fenómeno y cuáles son los argumentos que debemos esgrimir para convencer de lo contrario a los campesinos y obreros que así nos responden.

También será conveniente que algún compañero hable sobre los conflictos que originaron las divisiones en el Partido argentino, porque nosotros no estamos plenamente informados con respecto a esa cuestión. Declaro que a muchos compañeros se les ha ocurrido dudar respecto de la línea política del Partido Comunista de la Argentina, en vista de sus escisiones. Por lo menos, origina una serie de confusiones, ya que los que han sido excluídos de la Internacional Comunista, - “chispitas” y “penelonistas”, - mandan a nuestros países literatura, y se nos pregunta, sin que nosotros podamos responder con certeza, porque carecemos de informes concretos, sobre todas las cuestiones discutidas y que determinaron la escisión de nuestro movimiento en este país.

En resumen, yo creo que todos los compañeros de los distintos países de América latina no tienen una visión completa de los problemas de táctica tratados en esta Conferencia y que es necesario un esclarecimiento completo. Nada más.

Prieto (Colombia). ‑ Compañeros: se ha tratado tan al detalle la cuestión de Colombia y son tantas las críticas formuladas por los compañeros que han intervenido en este debate, que es realmente difícil responder a todos, en solo los quince minutos de que dispongo...

Codovilla (Presidente). ¡No se haga victima por adelantado, compañero Prieto! Ya le daremos todo el tiempo que necesite para la réplica.

Prieto (Colombia). ‑ ¡Ah, muy bien!... Es preciso que aclare muchas cosas porque luego tendremos las intervenciones de los compañeros Luis y Codovilla, que nos harán fuertes críticas, que ya no podremos contestar, porque, como se ha establecido, resumirán las discusiones.

He dicho que se nos han hecho muchas críticas, y de eso no nos quejamos; al contrario, agradecemos. Las críticas sanas de todos los compañeros son útiles, pero frente a esas críticas sanas, han habido otras, en cambio, que son inadmisibles. Me refiero a la del compañero Diéguez, de El Salvador, que ha hecho una insinuación que subleva, ya que pareciera, desprenderse de ella que el fracaso de nuestro movimiento último, tenía por causa la despreocupación criminal de la dirección del Partido Socialista Revolucionario, constituida casi completamente por intelectuales fáciles de convencer, posiblemente por los imperialistas... Protesto, compañeros, por tales insinuaciones que pueden hacer degenerar las discusiones en el terreno de la ponzoña, sin ninguna prueba. Pero contra eso, como he dicho, ha habido una verdadera crítica que en el mismo sentido la contesto: es del compañero Peters, al decir que no se explicó claramente en las instrucciones enviadas por Bogotá a los compañeros de la zona bananera. ¿Qué se quería decir cuando se les llamó la atención a los compañeros de los platanales, de no "confundir la huelga con la insurrección"? Sería acertada la crítica si nosotros hubiésemos conocido completamente la situación en la zona de las plantaciones...

Peters y Martínez. - (Comienza Martínez la interrupción, que luego continua Peters). ¿Cómo no conocían la situación? Y ¿por qué, entonces, afirmó que el Comité Ejecutivo hizo esfuerzos para extender el movimiento a todo el país? Siendo así ¡es que los compañeros de Bogotá tenían conocimiento de la verdadera fermentación revolucionaria de los obreros de la zona bananera!

Prieto (Colombia). ‑ Con solo dos días de anticipación con respecto al estallido del movimiento, conocíamos su importancia. Respondimos el día 10 de noviembre a la carta dirigida por Mahecha y que llegó a este compañero el día 18 del mismo mes, en la cual manifestábamos que no se debía confundir la huelga con la insurrección, y este compañero contestó estar perfectamente de acuerdo con este criterio, que desde el primer momento compartió.

Codovilla (Presidente). ‑ Ya que el compañero Prieto ha manifestado que desea aclarar todas las cuestiones, le pido que nos diga cuál era su propósito el comunicar al compañero Mahecha que "no debía confundir la huelga con la insurrección". Si el C.E. estableció una diferencia entre la huelga y la revolución ‑ lo que en principio, podría considerarse como justo ‑, ¿es que se oponía al trabajo de transformación de la primera en la segunda? Si es que no, ¿qué fin guiaba al C.E. para poner en guardia al compañero Mahecha?

Prieto (Colombia). ‑ Esa aclaración que el compañero solicita, no hace falta hacerla ahora; ella aparecerá bien definida una vez que yo terminé esta intervención, puesto que referiré con detalles, todos los asuntos relacionados con nuestra táctica frente a la huelga.

Prosigo, entonces. Luego, compañeros, enviamos un delegado miembro del C.E. y ese camarada llego a la zona bananera el día 15 de diciembre. Hay que tener presente que no se pudo enviar antes a nuestro delegado, porque carecíamos de dinero y en Bogotá es difícil conseguirlo rápidamente; además, la policía controlaba todos los movimientos de los compañeros de la dirección del Partido. En cuanto tuvimos noticias del estallido de la huelga general, se enviaron delegados a las diversas regiones del país, para demandar solidaridad con los huelguistas y extender el movimiento a todo el país. No hubo, pues, error de táctica, ni abandono de los compañeros en huelga de parte de la dirección de Bogotá. Respecto al tan sonado asunto de nuestra "alianza" con los liberales, el compañero Peters decía que tanto el C.C.C.C. como el C.E. tenían la misma ideología con respecto al pacto con los liberales. El compañero Austine aclaró todo esto, y si hay crítica va dirigida exclusivamente contra él, ya que fue este camarada el que delineó esa táctica y bajo su consejo se llevó a la práctica. Pero aunque no pretendo defender al compañero Austine, ya que él lo podrá hacer, si lo cree necesario, con mejores argumentos que yo, quiero dejar constancia que el camarada Peters confunde, al decir que fue un frente único con las fuerzas liberales, cuando en realidad se trató de una alianza circunstancial, y esta está de acuerdo con la táctica que en casos semejantes aconseja la Internacional Comunista. El compañero Austine planteó la necesidad de esa alianza circunstancial, que todos compartimos y que fue un golpe maestro y estratégico, por cuanto con ella pusimos en descubierto a muchos elementos peligrosos que militaban en nuestras filas y desenmascaramos a los liberales. Eso nos sirvió, en el orden interno, para hacer una depuración del Partido.

Pasemos ahora a las críticas del camarada Austine, por el cual tengo el mayor aprecio personal, y además, lo considero con capacidad política. Refiriéndose a la composición social del Partido Socialista Revolucionario, decía que era la siguiente: 50 % de campesinos medios y ricos; 20 % de intelectuales; 20 % sin oficio calificado, y más o menos 10 % de trabajadores autentico. ¿De dónde ha obtenido los datos sobre la composición social de nuestro Partido, el compañero Austine? Si fuera así, como dice el, ¿cómo es que nuestro Partido es el único en el escenario nacional que tiene la confianza de las masas? Es evidente que el compañero Austine, con el propósito de demostrar que la composición social de nuestro Partido es mala ‑ y en esto tiene razón ‑ , exagera un poco. Pero por otra parte, yo pregunto al compañero Austine: ¿a estos intelectuales se les debe declarar fuera de nuestro Partido? él sabe bien que en la zona bananera trabajan abogados e ingenieros, identificados con los obreros, ¡se les puede excluir de nuestro Partido a tan abnegados compañeros! ¡Es indudable que no!

Compañeros: no tenemos un verdadero Partido; solo existe una enorme influencia sobre las masas obreras y campesinas y esto es lo que debe tenerse en cuenta al juzgar nuestra organización y los remedios que nos aconsejan para mejorarla.

El compañero Luis ha afirmado que la Internacional Comunista recién ahora había "descubierto" la América latina, pero debo agregar que todavía no la conoce, puesto que sus críticas sobre el movimiento latinoamericano, son de una riqueza dialéctica que todos admiramos, pero le falta el conocimiento real de la psicología, por ejemplo, de las masas que constituyen y tendrán que constituir el movimiento revolucionario.

El compañero Luis establece en sus discursos, directivas para organizar, para depurar, pero eso está bien para un Partido que trabaja en paz, no en nuestra situación de ilegalidad o semilegalidad, condiciones éstas que no se tienen en cuenta. Se llega a analizar bien sobre lo que debe ser un verdadero Partido Comunista, pero desconociéndose las condiciones ambientes en que ese Partido vive.

Un compañero de la juventud criticaba nuestra opinión cuando decíamos que es necesaria, para llegar a organizar a nuestro Partido, ayudarnos, y también económicamente, dada nuestra situación difícil, y calificaba nuestro criterio de pequeño burgués. Yo le preguntaría a ese compañero cómo calificaría el a un Partido que pudiendo dar ese apoyo, no lo da.

Pregunto a todos los compañeros si con esa masa de obreros, cuyas características he esbozado ligeramente, podemos organizar verdaderamente a un Partido en la forma disciplinada que se nos pide y pedir a esos miembros, cotizaciones regulares, a quien está acostumbrado a no pagarlos desde tiempo inmemorial. Es preciso hacer las cosas inmediatamente, porque la situación de Colombia nos apremia, y para llegar a constituir ese Partido perfecto que todos ambicionamos, se necesita un trabajo largo de clarificación de la ideología de nuestra masa. Además ¿hay algún Partido que se encuentra en la situación especial del de Colombia, en un país donde existe una situación revolucionaria inmediata, pero que está al borde de un inmediato golpe de Estado por las fuerzas liberales? Ya hemos visto a través de la discusión, que no existe. Teniendo en cuenta que la masa trabajadora colombiana quiere la revolución, y el Partid Liberal la hará cueste lo que cueste, y con ayuda del imperialismo; la masa que ahora está bajo nuestra influencia, si nosotros no sabemos conducirla a la revolución, que pide insistentemente, la perderemos para nuestro movimiento. Este solo argumento que ustedes saben que es real, basta para demostrar que la situación es bien distinta de la que existe en los restantes países de América latina. Si en lugar de darle las directivas para la revolución e intervenir nuestro Partido decididamente en la lucha, le pidiésemos dinero para cotizaciones, ¿que resultaría de esa masa de obreros? Se volvería contra nosotros, compañeros. Considerando, igualmente, que lo excepcional para nuestros militantes, es no ser perseguidos por la policía y que a cada momento están dispuestos a dar su vida por la causa de la revolución, todos los compañeros convendrán que la situación es bien distinta de la que se observa en los otros países latinoamericanos. Por tanto, para contrarrestar estos peligros, necesitamos organizarlos rápidamente y colocar a nuestro Partido en condiciones de dirigir las masas en la lucha, porque el Partido Liberal seguramente hará la revolución, si no la hacemos nosotros.

Luis (C.E.I.C.). ‑ Quisiera saber qué organización sería necesaria para el Partido de Colombia.

Prieto (Colombia). ‑ La organización que se resuelva en esta Conferencia, cuyas resoluciones serán cumplidas categóricamente.

Luis (C.E.I.C.). ‑ En la Carta Abierta de la Internacional Comunista se plantea cuál debe ser la forma de organización del Partido Comunista, pero como el compañero Prieto nos habla de una organización rápida, necesitamos saber a qué sistema de organización se refieren los compañeros de Colombia, y si es que la pueden llevar a la práctica ayudándoles.

Prieto (Colombia). ‑ Se trata de la misma organización que establece la Internacional Comunista, compañero.

Luis (C.E.I.C.). ‑ ¿Pero sin las cotizaciones?

Prieto (Colombia). ‑ Estamos en la situación que he dado cuenta. Seguramente que si tenemos tiempo, podemos organizar el Partido y hacer cotizar a sus afiliados, pero si se nos ayuda para organizar rápidamente a nuestro Partido y también se nos entrega la propaganda, creamos que al poco tiempo esa situación cambiaría.

Muñoz (Argentina). ‑ Es necesario aumentar el número de las imprentas ambulantes, tales como la usada por el compañero Mahecha, para la organización de la huelga en la zona bananera.

Prieto (Colombia). ‑ De acuerdo, compañero; pero eso no soluciona el problema que hemos planteado. Otra tarea que es necesario llevar a la practica en nuestro Partido, es que en medio de la lucha hay que depurar al Partido y se presentaría el fenómeno de la polarización de las fuerzas enemigas. ¿Es conveniente excluir en ese momento a los elementos enemigos de nuestro Partido? Si es necesario después de clarificar, expulsar a muchos elementos, que luego se convertirían en nuestros más fuertes enemigos, ¿que armas esgrimiríamos contra estos para que no confunden a las masas en el momento de la acción decisiva? Quiero que de aquí nos den armas políticas para aniquilar a esos enemigos futuros. Además, mandarnos a Colombia tal como hemos venido; mandarnos a sabiendas a nuestro fracaso, y cruelmente, sin poder resistir con ninguna perspectiva de éxito la reacción más tenaz del Estado, piénsenlo bien, los compañeros. Nosotros estamos dispuestos a activar y a aplicar lo que se resuelve, pero pedimos que se reflexione bien antes de resolver. Nada más.

Mahecha (Colombia). Es necesario que digamos las cosas con toda sinceridad y franqueza. Hemos venido a esta Conferencia, para saber si los compañeros están dispuestos a ayudarnos para el triunfo de nuestras ideas en Colombia. Ningún Partido de la América latina, pasa por las situaciones especiales y excepcionales, por las cuales atraviesa nuestro movimiento de Colombia. Los yanquis nos ofrecen "ayudarnos" en todo sentido; nos han ofrecido dinero en abundancia y armas para derrocar al actual gobierno, siempre que nosotros nos comprometamos a entregarlos todo el petróleo de Colombia. Esa "ayuda" la hemos rechazado de plano, porque no admitimos ayuda de nuestros enemigos, y necesitamos que todos los compañeros que componen esta Conferencia vengan en nuestra ayuda. Necesitamos imprenta, necesitamos propaganda, en una palabra, necesitamos toda la ayuda, tanto moral como material, para que a nuestra vuelta a Colombia, el campesino de este país ‑ que es bien distinto al de la Argentina o del Uruguay ‑ no nos expulse violentamente, cuando en lugar de darles las directivas para la revolución proletaria, les demos consejos para organización, para clarificar nuestro Partido, etc., es decir, le demos palabras en lugar de entregarles armas. Y es una cuestión que no tiene vuelta de hoja: si nosotros no hacemos la revolución, es seguro, pero absolutamente seguro, que la harán los liberales. ¡Los liberales harán la revolución! Cuberos Nino tiene fuerzas y el Bisonte Gómez[1] le ayudará de toda manera, para que triunfe un movimiento que encabeza el militar colombiano, con la única condición de que los yanquis controlen y se apropien de todo el petróleo de Colombia. Queremos que se resuelva qué haremos nosotros cuando estalle este movimiento, si es que nuestro Partido no lo puede llevar a cabo independientemente y tener la iniciativa y el comando de esa revolución. No podemos hablar de teorías, de dialéctica, porque todo eso es metafísica que nosotros no comprendemos, porque no tenemos la capacidad suficiente, y los colombianos y ecuatorianos estamos en esta situación, somos compañeros, somos comunistas sin capacidad teórica, pero que tenemos una influencia efectiva en la masa obrera y campesina, que debemos aprovechar para hacer que la revolución salga triunfante. Si a los campesinos de nuestro país les vamos con resoluciones, con palabras y sin el apoyo que nosotros pedimos, saldremos corridos a palos por esos compañeros que no entienden otro razonamiento que el de las armas, que el de la violencia.

Las camaradas de la Internacional Comunista nos dicen: organizaos bien y entonces obtendréis los medios de la masas trabajadoras, pero es necesario conocer la situación actual colombiana, para saber que ese apoyo que nosotros pedimos a esta Conferencia, debe llegarnos de inmediato, y entonces cuando triunfe nuestro movimiento devolveremos con creces lo que nos dieron los demás partidos, porque Colombia es un país riquísimo en todo sentido.

Esto es lo que quería decir con toda franqueza para que se resuelva en forma esta cuestión. Nada más, compañeros.

Villalba. (Guatemala). - Quiero declarar, compañeros, que estoy de acuerdo con la forma franca conque el compañero Mahecha plantea la cuestión colombiana. Permítanme los compañeros, que cite un caso parecido al planteado por Mahecha: el caso de Guatemala tiene grandes semejanzas con el colombiano, puesto que en nuestro país, las fuerzas liberales están dispuestas a la revolución, claro está que con la ayuda del imperialismo yanqui.

La tiranía de Estrada Cabrera duró 22 años. Formose un partido burgués capitaneado por más o menos cincuenta intelectuales que disponían de dinero suficiente como para intentar, con probabilidades de éxito, el derrocamiento del dictador. No comenzaron por sacar dinero a las masas - que las ayudarían en su objeto, - sino que contaban con éste por anticipado. Preparado el ambiente para la insurreción, luego en la Cámara hacen declarar demente al dictador. Se entabla entonces una verdadera guerra civil entre el dictador Estrada Cabrera que desea seguir detentando el poder, y las fuerzas del partido burgués constituído, conociéndose esa lucha, en la historia política guatemalteca como de los "Diez Días". Debo dejar constancia que las masas obreras y campesinas no prestaron decididamente todo el apoyo al partido burgués. La cuestión es que en ocho días solamente, el dictador fué vencido. He citado este ejemplo de Guatemala reduciendo todo lo posible los detalles a objeto de no cansar a los camaradas, porque creo que demuestra claramente que el compañero Mahecha tiene razón al decir que las fuerzas no proletarias, organizadas en Partido, para derrocar a un gobierno dictatorial, tienen probalidades de éxito en nuestros países latinoamericanos. Nosotros, creo, no debemos nunca olvidar la enseñanza de los hechos. Al trazar las tareas que debemos cumplir los compañeros y los Partidos Comunistas de los países del Mar Caribe y del norte de América del Sud, se debe tener en cuenta que no tenemos la capacidad que notamos en otros Partidos más desarrollados, tal por ejemplo, el caso de la Sección Argentina de la Internacional Comunista. Se hace, entonces, imprescindible, el apoyo moral de la Internacional Comunista, del Secretariado Sudamericano y de los otros Partidos hermanos, para que nuestro trabajo fructifique.

En Guatemala, compañeros, hay un Partido Socialista, pero tanto o más degenerado que los restantes partidos de la II Internacional, pues se da el caso que su apoyo al gobierno actual es tan directo, que el jefe de ese es empleado de la burocracia, ocupando el puesto de jefe de la Tipografía Nacional y más todavía, el actual Ministro de Fomento, milita en las filas de este degenerado Partido que lleva el rótulo de socialista. Más de una vez hemos sido invitados por ese Partido para realizar una alianza tendiente a la lucha en común contra el gobierno, pero como se trata de una cuestión de táctica difícil de aplicar, queremos que los camaradas resuelvan qué debemos hacer: sí aceptar o no esa invitación de los sedicentes socialistas. ¿Debemos concurrir a las reuniones que nos citan o al contrario, debemos combatir a ese partido con ahínco? A mí me parece que nuestra posición referente a este asunto es de combate franco y desenmascarar a este partido ante las masas como colaboracionista y puntal directo del Estado burgués en general y especialmente, del actual gobierno guatemalteco. Si ésta es la solución que se resuelve en esta conferencia, debemos manifestar a los compañeros que no contamos con los elementos ni con los medios necesarios para desarrollar una amplia campaña de crítica entre las masas, como es necesario llevar a cabo. Es cuanto tenía que decir, compañeros. (Se pasa a cuarto intermedio).

[1] Bisonte Gómez

Juan Vicente Gómez Chacón


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